viernes, 3 de abril de 2015

EL CRIMEN 

Caminaba cabizbajo por la plaza el joven con sus ojos claros, entristecidos y llenos de lágrimas, las mismas que rodaban por sus rosadas mejillas dejando caer con cada gota los recuerdos que atormentaban su alma.                                                                                                                                       
De repente una dulce y delicada voz llama su atención, inmediatamente Eduardo la reconoce, levanta su rostro y observa a aquella mujer con labios rojos, alta y con silueta perfecta, que con su caminar dejaba a todos  enloquecidos con su belleza.
¿Era ella?  sí era Sasha! , aquella mujer que marcó su vida en el pasado.

Buscándola entre la multitud y a pasos apresurados Eduardo intenta acercarse a Sasha, rebasando a cada persona que se interponía en el camino, con desesperación por haberla perdido de vista y sin saber que hacer, Eduardo mueve su cabeza hacia la derecha  y observa como tres hombres vestidos de negro e irreconocibles, buscan algo entre sus bolsillos y pretenden sacar un arma y acabar con la poca vida que le quedaba.

Sin perder tiempo aceleró el paso intentando ocultarse entre la gente, pero todo intento fue fallido, un disparo alarmó a las personas del lugar y todos corrieron en distintas direcciones, mientras que se observaba un cuerpo  desplomarse lentamente en el pavimento dejando una huella de sangre imborrable, al parecer todo estaba muy bien planificado.

Todo sucedió muy rápido y la ayuda llegó demasiado tarde, por lo que, era evidente la muerte del individuo. A lo lejos aquella hermosa silueta femenina se acercaba lentamente a la trágica escena, con deseos de evidenciar el terrible crimen, como si supiera de quien se traba, al observar aquel pálido cadáver una sonrisa brotó en el rostro , miró a su alrededor y con prisa se retiró del lugar.

La joven sigue su camino, cuando de pronto escucha que alguien la llama con voz muy baja, ella reconoce esa voz, y sin pensarlo dos veces busca la forma de acercarse, se introduce por aquel oscuro pasadizo con mucha delicadeza y con voz temblorosa pregunta:

¿TÚ? ¡Qué haces aquí!.

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